Entonces me dijo:
-Vinieron de a poco, primero como misioneros, después con sus armas a montones.
Primero preguntaron como éramos después no nos dejaron ser.
Aquellos que escapamos a los montes, sobrevivimos hasta ahora, que tú nos has encontrado.
Volverás y revelarás nuestra existencia.
Nos volveran a exterminar.
Y sin embargo no tememos.
El vuelo del ave negra nos dijo que esto sucedería tarde o temprano.
El mundo es uno sólo, no podemos eludirlo.
Los hombres que devastan, los que se filtran por cualquier grieta en la piedra, son los peores.
Por su maldad triunfan, por eso prevalecen, sin respeto ni medida, sobre todos los demás.
Y nosotros sólo somos sabios ¿cómo oponernos?
Sabemos la verdad del tiempo, del origen y el futuro. Podemos contarte el porqué de cualquier movimiento, la razón de todos los temores y el fondo en que se apoyan sentires y reires. Podemos develar los sortilegios de la magia y el asombro del milagro. Mostrar tu rostro en el espejo de tu alma y verte en verdad, tal cual eres. Sabemos que no quieres nuestro mal, pero no podrás evitarlo.
No padezcas, encuentra el consuelo en este antiguo decir de los antiguos: «Cuando por fin acabe el mal el bien será testigo».